Mexican Santa
- Antonio Factor / @FackPunk
- 18 dic 2015
- 2 Min. de lectura
Las fiestas decembrinas tal vez sean lo mejor que puede suceder en el año, ya sabemos qué procede, y aunque en cada país tienen una forma particular de festejar, las diferencias son minúsculas. En México, como en otras partes del mundo, los hogares, las avenidas principales y las grandes tiendas son adornadas con parafernalia navideña, incluso algunos automóviles suelen ornamentarlos con cuernos y nariz roja sobre la defensa delantera (no lo hagan please). También los medios de comunicación contextualizan adecuadamente su espacio para la audiencia, y la vestimenta de los “artistas” anuncian una nevada que nunca llegará en la ciudad, aunque lo importante es estrenar, en fin. En el mes de diciembre todos están preocupados por recordar que pronto llegará la navidad junto con regalos, cena y familia, sin duda el cine también es culpable de ello.
Cintas hay muchas, títulos como: Mi pobre angelito 1 y 2 (Chris Columbus, 1990 y 1992) El Grinch versión animada (1966, Chuck Jones) y los cientos de adaptaciones al cine y animación de Cuento de Navidad (Charles Dickens, 1843) se han vuelto clásicos navideños de la televisión. Pero existe una joya producida aquí en México, y aunque el personaje principal es una invención de países como E.U. (y de Coca-Cola) la cinta tiene un toque particular y hasta nacional. Sí mis niños (as) estoy hablando de Santa Claus (René Cardona, 1959).

La película narra la gran misión que tiene el señor de pronunciada barriga y vestimenta roja, entregar juguetes y felicidad a los niños del mundo. Claus cuenta con la ayuda de seres mágicos como el Mago Merlín, Pulgarcito y otros niños (algo así como angelitos); pero Santa no la tiene fácil, pues hay alguien que pretende generar caos en noche buena, su nombre es Precio, un demonio que tiene la intención de acabar con la navidad volviendo malos a chicos y grandes mediante su conciencia. Santa Claus es una película interesante y muy entretenida, la estructura narrativa de los buenos contra los malos hace más sencillo comprender el embrollo. Como si fuera una pastorela, el diablo pretende perjudicar el camino de los que buscan llegar a la estrella de Belén o en este caso de repartir felicidad a los niños del mundo; esa es una parte de la esencia nacional que se aportó y de la cual estamos agradecidos.
Tal vez esta cinta desvía un poco la versión de la tradición original: Papá Noé, el viejo gordo y barbón ayudado por duendes desde el Polo Norte, donde trabajan para leer cartas y fabricar juguetes (como China pero con magia). En la película de René Cardona los niños emplean su ayuda con tecnología de punta, artefactos curiosos y divertidos; por cierto, esa utilería nos evoca a las películas de ciencia-ficción como las del Santo, donde era común ver aparatos futuristas. Otro gran aporte al entretenimiento son los músicales que nos regalan, sino miren.
Así es como recordamos está gran cinta llena de música, valores y grandes deseos, desde Moneando les deseamos felices fiestas humans.
Hasta la próxima entradita.
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